Entrevista a Stephen King en «The Highway Patrolman Magazine»
El escritor cuenta de dónde sacó la inspiración para «El misterio de Salem's Lot» y «La trituradora» y cómo prefiere cerrar sus historias
Stephen King es el rey indiscutible de la narrativa de terror. Durante los últimos diez años, sus historias han aparecido constantemente en todas las listas de superventas. En muchas ocasiones, incluso ha tenido dos libros simultáneamente en la prestigiosa lista de los más vendidos del New York Times. Sus historias abarcan desde lo espantoso y poco mundano, hasta el reino de lo exagerado y lo terroríficamente posible.
Ha asustado a millones de personas y se ha establecido firmemente en la literatura americana moderna. Algunos de sus escritos son: Carrie, El misterio de Salem’s Lot, El umbral de la noche (una colección de relatos cortos), La danza de la muerte, El resplandor, Ojos de fuego, Cujo, La zona muerta, Creepshow, Christine y Cementerio de animales. Muchas de sus novelas se han convertido en grandes películas, siendo La zona muerta (The Dead Zone, David Cronenberg, 1983), Christine (ídem, John Carpenter, 1983) y Carrie (ídem, Brian De Palma, 1976) tres de sus obras cinematográficas más populares.
King vive en Maine con su mujer y sus hijos. Disfruta de la «vida de los bosques», como él la llama. King escribe sobre lo que conoce, en consecuencia, muchas de sus historias están ambientadas en su «propio vecindario».
King es muy sincero y abierto, y tiene un cursi sentido del humor. Disfruta con su trabajo y se siente muy orgulloso de él. Cuando le preguntan si es un narrador, dice que no cree que pueda mantener a un público embelesado con solo contarle una historia. Pero, en su descripción de los hechos que hay detrás de uno de sus cuentos, La trituradora, tal y como se cuenta a continuación, se ve lo bien dotado que está para poner los pelos de punta con solo una breve narración.
Pregunta: Tengo entendido que no le gusta que le pregunten por qué escribe el tipo de historias que escribe. ¿Es cierto?
Stephen King: Siempre me he sentido un poco incómodo con esa pregunta. No es una pregunta que se le haría a un tipo que escribe historias de detectives o al que escribe historias de misterio, o westerns, o lo que sea. Pero se le hace al escritor de terror porque parece que hay algo desagradable en nuestro amor por las historias de terror, o los monstruos, los fantasmas y duendes, los demonios y los diablos.
P: ¿Cuándo empezó a escribir?
King: Empecé a escribir en serio cuando tenía unos 12 años.
P: ¿Tiene que estar de un humor especial para empezar a escribir?
King: Siempre estoy de humor.
P: ¿Tiene algún método concreto?
King: Suelo tener un horario fijo. Escribo por las mañanas, a plena luz del día. Pero la mayoría de mis buenas ideas las tengo cuando se pone el sol y la oscuridad cubre el terreno.
P: ¿Considera lo que escribe «historias de terror»?
King: Hay veces que me gusta pensar que es literatura o ficción comercial. Pero en lo profundo de mi mente, en el armario donde guardo la verdad, las considero historias de terror. Muchas de ellas las considero espectáculos de terror.
P: Una vez leí que El misterio de Salem’s Lot es su libro favorito. ¿Por qué?
King: En cierto modo es mi historia favorita, sobre todo por lo que dice sobre las ciudades pequeñas. Son una especie de organismo en extinción ahora mismo. La historia me parece hogareña. Tengo un lugar especial en mi corazón para ella.
P: ¿Es el pueblo de Jerusalem’s Lot (Salem’s Lot) un pueblo real?
King: Sí y no. Se basa en un pueblo del norte del estado de Vermont, del que oí hablar cuando estudiaba en la universidad, llamado Jeremiah’s Lot. Estaba pasando por Vermont con un amigo y él me señaló el pueblo, de pasada, mientras íbamos en el coche y dijo: «Dicen que todo el mundo en ese pueblo simplemente desapareció en 1908». Le dije: «Oh, vamos. ¿De qué estás hablando?». Él dijo: «Esa es la historia. ¿No has oído hablar del Mary Celeste donde supuestamente todo el mundo desapareció? Esto es lo mismo. Estaban allí y un día un familiar vino a buscar a alguien del que no habían tenido noticias en un tiempo; y todas las casas estaban vacías. Algunas de las casas tenían la cena puesta en la mesa. Algunas de las tiendas todavía tenían dinero. Estaba cubierto de moho por la humedad del verano y empezaba a pudrirse, pero nadie lo había robado. El pueblo estaba completamente vacío».
P: ¿Es así como se inspira para sus historias, o también viene de los sucesos cotidianos, de una frase que puede escuchar, o incluso de las sugerencias que recibe de los fans?
King: Muchas veces me inspiro en cosas muy cotidianas que me tocan la fibra sensible y se desarrollan en el subconsciente. A veces es algo un poco más sensacionalista que eso. Por ejemplo, hay una historia en El umbral de la noche, llamada «La trituradora», sobre una lavadora que adquiere una especie de vida maligna. Trabajé en una lavandería durante un año y medio después de salir de la universidad. Fue el único trabajo que encontré para mantener a mi mujer y a nuestro primer hijo. Allí había un tipo que no tenía manos ni antebrazos. Simplemente tenía ganchos. Esta es una de las cosas que no te dicen cuando te conviertes en gerente. Tienes que llevar corbata. Fue la corbata de este tipo la que lo destrozó.
Fue justo después de la Segunda Guerra Mundial y él estaba trabajando alrededor de las máquinas. La plancha de vapor plegadora es la máquina que los trabajadores llaman la Trituradora, porque eso es lo que te hará si te acercas demasiado a ella o te quedas atrapado. Este hombre se agachó para recoger algo y su corbata se metió en la máquina. Se agachó para sacar la corbata con la mano izquierda y su mano entró en la máquina. Entonces puso su mano derecha alrededor de su muñeca izquierda para intentar sacarla y su mano derecha quedó atrapada. Como resultado, perdió ambas manos y antebrazos y tuvo suerte de no haber muerto. Sus manos fueron reemplazadas por ganchos.
Treinta años después, cuando yo trabajaba allí, entraba en el baño de hombres, durante el verano, y abría el agua caliente y fría y la hacía correr sobre los ganchos. Luego se acercaba por detrás y te ponía los ganchos en la nuca. Eso es lo que me dio la inspiración para esa historia en particular. Siempre pienso en la máquina del final de la historia, que en cierto modo es poseída por un demonio y se escapa de la lavandería y va por las calles, como si se hubiera escapado porque tenía «asuntos urgentes».
P: Ya que menciona El umbral de la noche, ¿cómo es que John D. MacDonald llegó a hacer la introducción? Su ámbito está muy lejos del suyo.
King: Cuando estábamos preparando el libro para Doubleday, mi editor me preguntó quién me gustaría que hiciera la introducción, si pudiera escoger a cualquiera en el mundo. Le dije que era una locura, pero que si podía elegir a alguien, me gustaría que fuera John D. MacDonald porque me había curtido con sus historias. Sigo pensando que de toda la gente que hace ficción de alto nivel hoy en día, él es el mejor. Fue mi modelo a seguir siendo niño. Si hay gente por ahí que quiere escribir, basta con leer 20 de sus historias para hacerse una idea de lo que se necesita para que una historia triunfe.
P: ¿Participaría alguna vez en una sesión de espiritismo?
King: No participaría en una bajo ninguna circunstancia. Ni siquiera si mi mujer muriera y una médium dijera que tiene un mensaje de ella. No puedo concebir las circunstancias en las que participaría en ese tipo de cosas o me quedara una noche en una casa que tuviera la reputación de estar embrujada o cualquiera de esas cosas. Estamos demasiado cerca de un mundo incomprensible. Y llega el momento en que tú y yo y todos los que caminan sobre la faz de esta tierra tenemos que entrar en ese mundo. Entonces lo sabremos, y yo puedo esperar.
P: ¿Le interesan los psíquicos, la percepción extrasensorial y áreas similares?
King: Me interesan y creo que ahora, en la segunda mitad del siglo XX, tenemos suficiente documentación para que cualquiera que dude de que la experiencia psíquica es una realidad empírica real esté al nivel de una persona que sigue fumando dos o tres paquetes de cigarrillos al día y niega que haya una relación entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón. La documentación está ahí. Apenas se puede cuestionar más. Tenemos tantas pruebas, además, salvo algún desarrollo tecnológico que no existe ahora, como las que tendremos jamás. Es simplemente la preponderancia de la evidencia; excluye la duda casi por completo.
P: ¿Cuál es su opinión personal sobre la reencarnación?
King: No creo en ella. No me gusta la idea de que vaya a volver como una hormiga o un gorrión si no me va bien en el gran karma de la vida. En cuanto a dónde voy cuando muero, el concepto de que simplemente me voy a apagar, como una bombilla, para mí no solo es espiritualmente imposible de creer, sino que lógicamente es irrisorio: la idea de que simplemente morimos y no pasa nada. Ahora bien, en cuanto a lo que ocurre, eso es otra cosa. Soy religioso en el sentido de que creo en Dios y creo que hay un espíritu lógico permanente que controla lo que sucede hasta cierto punto. Ahora bien, existe la teoría del relojero de que Dios dio cuerda al universo y lo dejó funcionar. Eso puede ser, o puede ser que Él intervenga en las cosas de vez en cuando. Pero sea lo que sea, estoy seguro de que hay algo ahí fuera.
P: En su propia experiencia, ¿se ha encontrado alguna vez con fantasmas, demonios o cualquier cosa que haga ruido en la noche?
King: No.
P: ¿Recibe cartas de personas que dicen haber experimentado cosas como las que usted escribe?
King: Sí, he recibido cartas de personas que han tenido experiencias psíquicas peculiares, experiencias con los muertos, a veces bastante tranquilas y a veces muy aterradoras. Creo que muchas de ellas son sinceras. También creo que algunas pueden estar equivocadas. Pero, creo que la mayoría han experimentado algo. Es algo con lo que tú y yo podemos tropezar, como si fuera una piedra en nuestro camino, en cualquier momento de nuestra vida. Creo que todo el mundo tiene experiencias de vez en cuando que no pueden explicar. Son peculiaridades. Normalmente las descartamos porque es incómodo pensar en ellas.
P: De niño, ¿leíste historias de terror y fuiste a ver películas de terror?
King: A veces. De broma, cuando la gente me pregunta por qué escribo este tipo de historias, simplemente digo que de niño era algo retorcido. Y hay algo de verdad en ello. La primera película que recuerdo haber visto fue La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon, Jack Arnold, 1954). Y recuerdo haber escuchado una obra radiofónica de ¡Marte es el cielo!, de Ray Bradbury. Y cuando me aficioné a los cómics, no eran los suaves de hoy en día, como Spiderman, Superman y The Hulk, sino Tales from the Crypt, The Vaultkeeper y ese tipo de cosas.
P: ¿Qué opina de la nueva ola de películas de terror, como La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, George A. Romero, 1968) y Zombi (Dawn of the Dead, George A. Romero, 1978), que abordan una gran cantidad de violencia?
King: La noche de los muertos vivientes es un caso interesante porque cuando se estrenó era una película sin clasificación. En aquella época solo había dos clasificaciones: GP, que es lo mismo que PG ahora, y las películas sin clasificar. Yo todavía estaba en la universidad cuando se estrenó La noche de los muertos vivientes, y cuando fui a verla por primera vez, lo hice por la tarde. El lugar estaba lleno de niños, la mayoría de cinco a once años. Nunca en mi vida, desde que era niño hasta ahora, había estado en un auditorio donde los niños estuvieran tan callados. Estaban sentados con la boca abierta; estaban simplemente aturdidos. Silencio total. Fue el mejor argumento a favor del sistema de clasificación que he visto nunca. No tengo nada en contra de ninguna de las películas de la saga de los Muertos, La matanza de Texas, ninguna de esas películas. Si asusta a alguien, creo que está sirviendo a un propósito válido. Está haciendo lo que el cineasta pretendía. Pero no es algo que se le de a los niños. Simplemente no lo haces. Tienes que ser lo suficientemente mayor para aceptarlo. Los niños no están preparados para ello. Creo que la mayoría de nosotros podemos recordar de nuestra propia infancia, solo en los dibujos animados de Disney, cosas que nos asustaron profundamente. Para mí fue Bambi, la escena en la que el bosque se incendia. Era algo con lo que tenía pesadillas. No puedo imaginarme ser un niño de ocho años y ver La noche de los muertos vivientes con cadáveres vivos comiendo la carne de personas vivas.
P: ¿Con qué fidelidad se han trasladado sus historias a la pantalla?
King: Bueno, tomemos como ejemplo Carrie. Brian De Palma, que dirigió la película, hizo un trabajo excelente con un presupuesto bastante bajo. Se hizo con unos 2,3 millones de dólares, lo que es una miseria para la industria del cine. Pero, por ejemplo, cuando Stanley Kubrick hizo El resplandor, acabaron gastando unos 14 millones de dólares, lo que es mucho dinero. En el libro Carrie, Carrie acaba destruyendo toda su ciudad de camino a casa desde su baile de graduación. Hace estallar las gasolineras y todo el pueblo arde en llamas. Eso no aparece en la película, y se debe principalmente a que el coste de los efectos especiales era demasiado alto para su presupuesto.
P: ¿Tiene mucho control sobre su material cuando se trata de supervisar películas?
King: No. Y no me gustaría porque soy una persona que escribe libros. No hago películas. No siento que tenga que tener el control artístico. Parte de esto viene del hecho de que el libro sigue vivo sin importar lo que Hollywood haga con tu novela en términos fílmicos. Ahora bien, intentas tener cuidado con quién permites que haga tu película porque nadie quiere que su novela se convierta en un fiasco de película. Pero, por otro lado, es un juego de azar, porque incluso los mejores pueden hacer una mala película.
P: ¿Cree realmente en las cosas sobre las que escribe?
King: Creo en ellas cuando las escribo. Otra cosa es si creo o no en ellas cuando no las escribo. Creo que una buena parte de mí debe hacerlo o no podría hacerlo con ninguna clase de convicción.
P: Muchas de sus historias tratan de personas normales y corrientes acosadas por grandes problemas, y, en esencia, está tratando la naturaleza humana. ¿Intenta ser filosófico?
King: En realidad no me pongo filosófico, pero creo que la gente buena es fuerte y, por lo general, en mis historias de terror no me gusta escribir sobre el viejo estándar en el que un tipo malo es perseguido por un espíritu malvado que al final lo atrapa. Prefiero escribir sobre gente buena que es amenazada desde el exterior por algún tipo de poder maligno y que, en cierto modo, se enfrenta como Joe Frazier y Muhammad Ali. Y me gusta pensar que la gente buena gana. Pero incluso la gente buena tiene otras caras. La mayoría de la gente frena para echar un vistazo a un accidente, aunque no lo admita. Creo que a la mayoría de nosotros nos fascina lo macabro y lo extraño, e incluso lo desagradable.
P: ¿Termina realmente sus historias o simplemente las detiene en algún momento?
King: Nunca me habían preguntado eso. Bueno, a veces hay un punto en el que se puede atar la historia con un giro limpio. Y luego hay otras historias, como una mía llamada Camiones. Llegas a un punto en el que puedes terminar la historia, pero en el fondo estás convencido de que hay otras cosas que contar, pero no es el momento de atar las cosas.
P: ¿Cree que es importante mantener a los lectores en vilo conjeturando?
King: Sí. Es una forma que, con el paso del tiempo, probablemente se ha vuelto menos popular desde el punto de vista de la crítica. Me gusta terminar las historias donde los lectores tienen un poco de espacio para correr. Pueden resolver las cosas como quieran en su propia mente.
P: ¿Qué le gusta más, los cuentos o las novelas?
King: Me gusta más escribir relatos cortos porque nunca he conocido a un escritor que no sea perezoso. Y un relato corto es, por su propia definición, corto. Es algo que, por lo general, puedes entregar en una o dos semanas, dependiendo de lo bien que te vaya. Pero, al mismo tiempo, da la misma satisfacción que crear un mundo completo.
P: Dado que muchas de sus historias tratan de lo sobrenatural, ¿se ha sentido alguna vez en peligro físico o espiritual por parte de esos seres?
King: Para mi alma, no estoy tan seguro. En lo que respecta a mi ser físico, hasta ahora todo va bien. Simplemente creo que hay cosas en este mundo que son reliquias. Tenemos restos inquietantes de la Atlántida. Se han encontrado cosas en las Bermudas, grandes muros y cosas de ese tipo. Esto parece indicar que hubo razas y culturas que nos precedieron. Y para mí, esa es una idea inquietante.
P: Algunas personas dicen que las historias de terror son solo golpes de efecto. Todo lo que hay que hacer es escribir una historia muy simple, poner un montón de sangre y vísceras, y hacer que alguien haga algo desagradable a otra persona; y eso es todo. ¿Qué le parece?
King: No funciona así. Asustar a la gente, especialmente en nuestros días, es una de las cosas más difíciles del mundo, en lo que a mí respecta. Tú y yo, y todos los demás en este mundo, vivimos en lo que probablemente sean los tiempos más difíciles que hayan existido. Nos enfrentamos a una destrucción termonuclear total; y, si puedes hacer que alguien crea en un fantasma o en un demonio o en un vampiro ante eso, lo estás haciendo bien. Desde mi punto de vista personal, no creo que la sangre y las tripas sean suficientes. Al menos, no lo es para mí. Quizás a alguien le revuelva el estómago; pero, no estoy seguro de que eso sea literatura o incluso entretenimiento.
P: Una amiga me dijo una vez que tuvo que dejar de leer uno de sus relatos porque las imágenes que había construido en su mente «le daban asco». ¿Consideraría eso un cumplido?
King: Sí, lo consideraría. No soy un purista en este campo. Mi sensación de todo el género, de la narrativa de terror, es esta: lo mejor que puedes hacer por los lectores en este campo es aterrorizarlos. Es una reacción de la cabeza. Es algo intelectual, sucede en su mente. Es el tipo de efecto que consigue Edgar Allan Poe en su relato El corazón delator, cuando empieza a hablar de un latido rápido, como un reloj. Hay algo en eso que atrae a la mente más que cualquier otra cosa. El hecho de que este tipo esté oyendo el corazón, el corazón desmembrado bajo el tablero del suelo, que late y late, y la policía está allí y nadie puede oírlo más que él. Sigue y sigue y se hace más y más fuerte. ¡Eso es terror!
Y luego está el horror, que es el siguiente peldaño en la escalera. Es un tipo de reacción física. Es la reacción que tienes ante la idea de que una máquina pueda literalmente, físicamente, cobrar vida y querer absorber a la gente y triturarla. Es un pensamiento horrible. Y luego, finalmente, se llega al «asco» literal y físico, que es probablemente la emoción humana más baja que conocemos. Pero aun así, es válida y tenemos necesidad de ella. Si no consigo el terror, y no consigo el horror, me conformaré con un «asco».
P: ¿Disfruta leyendo las historias de terror de otros?
King: Sí. Hay mucha gente del sector a la que leo. Sin embargo, hay muchas cosas que se escriben en este ámbito que no son muy buenas. Solo hay que buscar lo bueno.
P: ¿Qué es más difícil de escribir, una historia que apele al intelecto o una que te golpee a nivel visceral?
King: Creo que es más difícil escribir una historia que apele al intelecto. Pero, cuando se ata a uno, se puede hacer con bastante profundidad. Realmente depende del tipo de idea que tengas para empezar.
P: Ha escrito varias historias sobre ratas. ¿Tiene cierta fascinación por ellas?
King: Escribo sobre cosas que me dan miedo. Nunca he escrito una historia sobre serpientes en mi vida. Hace un tiempo escribí una muy buena titulada Mountain King, pero nunca he escrito una historia sobre serpientes porque no me dan miedo. Escribo sobre ratas porque me dan mucho miedo. Creo que tendemos a escribir nuestras fobias.
P: ¿Hay algún tema sobre el que haya querido escribir y nunca haya podido hacerlo?
King: Las arañas. Quiero escribir sobre las arañas. Para mí, es el único tema que atraviesa y asusta a casi todo el mundo. Para mí, las arañas son las cosas más horribles y espantosas en las que puedo pensar. Creo que todo el mundo tiene miedo de las arañas. También he querido escribir una buena historia de ascensores sobre el miedo a las alturas. Una historia de un ascensor atascado puede combinar el miedo a las alturas y también la claustrofobia.
P: Con la tremenda explosión de los avances tecnológicos, ¿ve una época en la que la realidad superará con creces cualquier tipo de ficción que pueda concebir?
King: Sí, creo que estamos llegando a esa situación. Uno de los ejemplos que utilizo es el aborto a petición. El Tribunal Supremo ha dicho que el aborto a petición es legal hasta el tercer mes de embarazo. Lo que significa que durante las primeras doce o catorce semanas de embarazo, una mujer puede abortar su feto. Esa es su decisión. El Tribunal Supremo ha dicho que eso no es un ser humano con derecho a la vida. El problema es este, nos estamos acercando a un punto en el que un feto de tres meses, dos meses o incluso un mes puede mantenerse con vida. Es decir, hay que cuestionar la capacidad de la madre para decir: «Es de mi propiedad, es una parte de mí. No es un ser vivo por sí mismo». La ciencia está empezando a invadir todos los niveles de nuestra voluntad. Y para mí, ese es un concepto social aterrador. No tiene nada que ver con el derecho a abortar frente al derecho a la vida. Tiene que ver con la capacidad de la ciencia para mantener las cosas vivas y la capacidad de la ciencia para controlar realmente nuestras vidas. ⬥
Referencias
SITIOS WEB
Konstantin, P. (julio de 1987). “An Interview with Stephen King” en The Highway Patrolman Magazine.