Stephen King habla sobre «El teléfono del señor Harrigan» y mucho más
En una entrevista exclusiva, el autor superventas se sincera sobre su relación con Hollywood
Entrevista realizada a Stephen King por Chris Nashawaty y publicada originalmente en el sitio web de Netflix (Tudum) el 6 de octubre de 2022. Traducción de Óliver Mayorga.
La nueva peli de miedo de Netflix, El teléfono del señor Harrigan, es exactamente la millonésima historia de Stephen King en ser adaptada al cine. Vale, en realidad no. Pero en cierto modo lo parece, ¿no? Desde que la primera y exitosa novela del autor, Carrie, fue convertida en un clásico del terror por Brian De Palma en 1976, su aparentemente inagotable cantidad de historias procedentes del lado oscuro ha mantenido a Hollywood muy ocupado. Tudum habló con el autor en una entrevista exclusiva en vísperas del estreno de El teléfono del señor Harrigan, el 5 de octubre. Nos habló sobre qué hace falta para asustar a la gente (incluido él mismo), qué opina de las películas que la fábrica de sueños ha hecho en su nombre (incluidas sus favoritas), cómo es su rutina diaria de escritura (cuando no está jugando al frisbi con sus perros) y del único clásico que apenas recuerda haber escrito.
Chris Nashawaty: ¿De dónde surgió la idea de El teléfono del señor Harrigan?
Stephen King: Siempre quise escribir una historia sobre alguien que fuese enterrado con un teléfono. Lo primero en lo que pensé fue en la vieja historia de un tipo que va a ser enterrado vivo y que tiene un teléfono, que lo meten en un ataúd y que empieza a sonar o algo así. Pero eso se puede actualizar con iPhones. Pensé en el iPhone 1. De hecho, conseguí uno en eBay como parte de la investigación para la historia. Está destrozado. Pero tiene todas las aplicaciones, solo que no puedes hacer llamadas telefónicas porque todo se ha vuelto digital ahora. Así que no funciona para las llamadas, pero funciona para todo lo demás tan bien como siempre. Así que escribí la historia, y Netflix vino y quiso comprarla. John Lee Hancock estaba involucrado, y quería escribirla y dirigirla, y eso me pareció genial.
CN: Hay literalmente cientos de adaptaciones de tus relatos, novelas y novelas cortas. No puede quedar mucho que no haya sido una opción para Hollywood. ¿Qué porcentaje de todo lo que has escrito dirías que aún no ha sido adaptado en este momento?
SK: Tal vez el 25 %. Hay una gran diferencia entre las opciones y la realización de una película. Uno planta la semilla y alguien viene y dice: «Te compro esta semilla», y tenemos un acuerdo en el que la gente no paga nada por la opción, porque me gusta tener algo de control y me gusta tener un poco más de dinero si se hace algo. La otra cosa es que quiero que la gente tenga una oportunidad. Netflix ha sido genial para eso. Hay muchos servicios de streaming, pero Netflix fue el primero, el mejor, y hace una amplia gama de cosas. Así que cuando hicieron esto, me encantó.
CN: ¿Hay alguna historia tuya que no haya sido adaptada y que creas que la gente se está perdiendo? ¿Alguna que podría ser una gran película?
SK: No creo que nadie haya optado por El retrato de Rose Madder, que creo que habría sido una gran película.
CN: ¿Y qué hay de tus novelas de Hard Case Crime como Joyland?
SK: Joyland fue adquirida por el tipo que hizo Criadas y señoras. Hizo un guion estupendo y pensé que sería una gran película. La primera que escribí para Hard Case Crime, Colorado Kid, se convirtió en una serie de televisión llamada Haven, y estuvo en antena durante bastante tiempo. Los cheques nunca rebotaron, así que eso fue bueno.
CN: ¿Estás de acuerdo con lo que decía Hemingway de que cuando se trata de vender tus historias a Hollywood, lo mejor es encontrarte con los ejecutivos del cine en la frontera del estado y lanzarles tu libro, ellos te lanzan el dinero, y luego te subes a tu coche y vuelves a toda prisa por donde has venido?
SK: Sí… pero no estoy completamente de acuerdo. Hemingway también dijo que lo mejor para un escritor era que Hollywood te pagara una tonelada de dinero por un libro y luego no hicieran la película. Es decir, lo entiendo. Pero siempre he pensado que quieres que salga lo mejor. Es como enviar a un niño a la universidad. Esperas que no se meta en problemas, que no caiga en las drogas, o que no tenga malas relaciones o que lo echen, pero en algún momento tienes que dejarlo marchar. Hay películas que me encantan —y probablemente sabes cuáles son— y hay películas que no. Pero en cualquier caso, el libro sigue ahí. El libro es el que manda.
CN: Solo para que conste, ¿cuáles son las adaptaciones que más te gustan?
SK: Oh, tío… Me gustan Cuenta conmigo, Cadena perpetua, La milla verde. Me gusta mucho Misery. De la que la gente no habla mucho es de Cujo. Y siempre he pensado que esa película no recibió la atención que merecía. Desde luego no por Dee Wallace, que debería haber conseguido una nominación al Oscar.
CN: No quiero desviarme del tema, pero ¿es cierto que no recuerdas haber escrito Cujo debido a las sustancias que consumías en ese momento?
SK: En realidad, recuerdo haberla escrito, pero lo que no recuerdo es haberla revisado ni nada de eso porque lo hacía por la noche y siempre estaba borracho y drogado. Así que no tengo ningún recuerdo claro de eso.
CN: Estás acreditado como productor ejecutivo en El teléfono del señor Harrigan. ¿Qué significa eso exactamente? Parece un título bastante amorfo. ¿Qué participación tuviste en el proyecto?
SK: Significa dos cosas. Primero, que recibes un poco de dinero. La otra cosa es que te da algún vestigio de control creativo sobre el proyecto. Aprobaba el guion, los actores… pero ¿cómo vas a rechazar a Jaeden Martell y Donald Sutherland? Es una obviedad. Y luego está John Lee Hancock. No solo tiene un buen historial, sino que me siento más cómodo cuando alguien escribe y dirige al mismo tiempo, lo mantiene todo en el mismo sitio. Hay menos fricción, menos idas y venidas. Siento cierta responsabilidad de hacer lo que pueda para vigilar el proyecto y decir con mucha delicadeza: «Creo que esto podría no ser el camino correcto». Pero con El teléfono del señor Harrigan, nunca me pasó eso. Es una historia de miedo, pero es… tranquila. Eso me gusta.
CN: El tono de llamada de Tammy Wynette, Stand by Your Man, me puso los pelos de punta…
SK: Oh, sí. Pero el momento en que pasa de ser solo una buena película a ser una película realmente buena es [cuando] la profesora que le gustaba es asesinada por un conductor ebrio, y Jaeden Martell piensa en eso y llama al teléfono del Sr. Harrigan y dice: «Quiero que muera». Más tarde, se arrepiente de ello. Y creo que cualquiera lo haría. Pero eso es como matar a través de un iPhone. Le da a la película algo de textura moral. No es solo sangre y vísceras.
CN: Obviamente tienes una extraña relación con la tecnología. Cell tenía temas similares. ¿Son los smartphones una fuerza del bien o del mal?
SK: Bueno, lo que son es un apoyo. Me encanta cuando al final tira el teléfono del Sr. Harrigan, y luego va a tirar su propio iPhone, y ves que empieza a hacer ese movimiento: su mano se echa hacia atrás, pero no puede seguir adelante. Y dice: «Al final, estamos casados con nuestros iPhones», pero probablemente sea un mal matrimonio. Cuando vas por la calle y ves a todo el mundo inclinado sobre sus teléfonos, eso da un poco de miedo.
CN: ¿Es raro ver cómo eligen a los actores de tus historias? Porque, obviamente, ¿debes tener caras en mente para tus personajes cuando escribes?
SK: No, no las tengo. No, nunca.
CN: ¿De verdad? Bien, entonces, ¿qué pensaste cuando escogieron a Donald Sutherland como el Sr. Harrigan?
SK: Pensé que era el adecuado. Perfecto.
CN: Hay muchos abusones en tus historias, y en esta hay un gran abusón.
SK: Aunque es un poco triste, ¿no?
CN: Totalmente. Pero así son todos los abusones, ¿no?
SK: Sí.
CN: Eres muy bueno escribiéndolos. ¿Es algo por lo que pasaste de niño?
SK: Creo que todo el mundo lo ha vivido en un grado u otro. Yo era bastante sensible. No fui acosado durante un largo período de tiempo. Pero de vez en cuando, había… hay una cosa en El teléfono del señor Harrigan donde el abusón dice: «Lustra mis zapatos». Y eso me pasó a mí. Y yo dije: «No voy a hacer eso». Luego, en un baile, me llevó afuera y tuvimos una pelea.
CN: ¿Cómo te fue?
SK: Perdí.
CN: Tienes muchos proyectos en marcha todo el tiempo. ¿Cuántos proyectos de escritura tienes a la vez?
SK: Solo tengo una cosa en marcha ahora mismo. En general, ahora solo trabajo en una cosa a la vez. Hubo un tiempo, cuando me drogaba, en el que a veces trabajaba en dos cosas. Pero no, solo trabajo en una cosa.
CN: Háblame de tu rutina diaria de escritura. ¿Está regulada, tienes un horario, un lugar determinado en el que tienes que trabajar?
SK: No, puedo escribir prácticamente en cualquier sitio, pero prefiero trabajar entre, por ejemplo, las 8 y el mediodía. Tengo una oficina en el piso de arriba, y de vez en cuando tengo que salir a jugar un rato al frisbi con los perros o a hacer las tareas del hogar, pero en general me dejan solo y tengo esas tres o cuatro horas.
CN: ¿Pero eres obsesivo en el sentido de que sientes que un día sin escribir algo es un día perdido?
SK: Sí, sobre todo porque ya no soy un jovenzuelo, así que me gusta hacer todo lo que pueda mientras pueda.
CN: ¿Cuál ha sido la sesión más larga que has pasado escribiendo sin descanso?
SK: No lo recuerdo. Pero sí sé que escribí El fugitivo en una semana, porque estaba dando clases en la escuela y eran las vacaciones de febrero y había nieve. Así que trabajé con la máquina de escribir Olivetti de mi mujer mañana, tarde y noche.
CN: Una última pregunta: has escrito guiones, actuado e incluso dirigido, con La rebelión de las máquinas. Si tuvieras que volver a hacer uno de esos trabajos, ¿cuál sería?
SK: Me gustaría hacerlos todos. Me encantaría dirigir otra película porque La rebelión de las máquinas fue como «aprende todo lo que puedas». No sabía nada al entrar, y he aprendido muchas cosas desde entonces, y creo que probablemente podría hacer un mejor trabajo. En cuanto a escribir el guion, claro, me encantaría hacerlo. ¿Y actuar? No soy muy bueno en eso, pero…
CN: ¡Creepshow! Vamos…
SK: Sí, eso no es lo mejor que he hecho. Mi mejor momento fue un cameo en Hijos de la anarquía, y pude conducir una moto. ⬥
Referencias
Nashawaty, C. (6 de octubre de 2022). «Stephen King Talks About “Mr. Harrigan’s Phone” and So Much More» en el sitio web de Netflix (Tudum).
Buenos días, Óliver.
Una novela corta maravillosa. La leí hace poco dentro del libro "La Sangre Manda".
Es muy buena porque, además, contiene muchas historias dentro de la principal. La relación de amistad entre dos personas de edades tan distintas y la complicidad que surge entre ellos. La adaptación a las nuevas tecnologías de alguien muy reacio a ellas. La personalidad que el chico va gestando ante nuestros ojos. Su enfrentamiento con el matón y las consecuencias. La transformación de historia entrañable y, casi cotidiana, en fantasía terrorífica...
Siempre digo que don Stephen, además de un gran contador de historias, es un maravilloso creador de personajes. No solo sufrimos o disfrutamos con ellos, también vivimos la evolución que experimentan durante el transcurso del libro. Terminarás amándolos u odiándolos, pero con una relación muy íntima hacia ellos.
No estoy seguro si veré esta adaptación de la historia, no me suele gustar ninguna, sobre todo si he disfrutado con la versión en papel. Aunque los actores me atraen bastante. Veremos.
Gracias por el artículo, un Abrazo.