Comentario de Stephen King publicado originalmente en la antología CRUSH: Writers Reflect on Love, Longing and the Lasting Power of Their First Celebrity Crush en 2016. Traducción de Óliver Mayorga.
Mi primer flechazo con una famosa fue Kim Novak, en Picnic. Hay una escena en la que ella y William Holden se miran fijamente, aplaudiendo al ritmo de una música bastante sexi. No bailan, solo aplauden y se miran. ¿Qué hacía yo en el cine viendo esa película? No me acuerdo, pero alguien debió de arrastrarme. Una de mis tías, tal vez, haciendo de niñera. Novak era salvaje y tenía una mirada cansada. Creo que fue la primera vez que me fijé en los pechos de una mujer, al menos con el deseo de tocarlos. Me enamoré profundamente, aunque ella era adulta e intimidante.
Podía imaginarme un beso suyo como el preludio de ingerirme entero, aunque eso habría estado bien. Muy bien, de hecho.
Durante años medí la belleza según la de Kim Novak. Algunas chicas eran guapas y otras deseables, pero ninguna combinaba las dos cosas en una mezcla tan volátil. Acabo de comprobarlo en internet, y esa película se estrenó en 1955, con lo que yo tendría apenas ocho años. ⬥
Referencias
King, S. (2016). «Beautiful» en CRUSH: Writers Reflect on Love, Longing and the Lasting Power of Their First Celebrity Crush.