Entrevista con un rey
Stephen King habla de su novela «The Regulators» y de cómo tuvo que lidiar con la censura por el guion de la adaptación televisiva de «The Shining»
Entrevista realizada por Joseph B. Mauceri y publicada originalmente en la revista The World of Fandom. Traducción de Óliver Mayorga.
Joseph B. Mauceri: He oído que The Regulators fue el resultado de una conversación que mantuviste con Sam Peckinpah. Habiendo leído la novela, puedo entender que algunas personas puedan hacer esas suposiciones. ¿Cuál es la historia detrás del libro y de tu encuentro con Sam?
Stephen King: Lo cierto es que tenía un guion mucho antes de conocer a Sam, a quien conocí hacia el final de su vida. Hablamos en el U.N. Plaza, y Kirby McCauley estaba allí porque había organizado la reunión. Sam buscaba una película que hacer y yo tenía este guion titulado The Shotgunners que tenía desde hace mucho tiempo y se remonta a unos cinco años. Era una de esas cosas febriles que había escrito en una semana. Me gusta mucho, pero no tenía interés en él. Sam lo leyó, le gustó mucho y sugirió algunas cosas para el guion que eran realmente interesantes. Pensé que podría retomarlo y hacer un segundo borrador. Por desgracia, Sam murió unos tres meses después y nunca trabajé en el guion.
Más tarde tuve otra idea y empecé a ver el modo en que se podían juntar varias cosas diferentes. A veces creo que eso es lo que significa escribir una novela. Es la síntesis de estas ideas en la que ves cómo todo se enlaza y te dices: «Sí, puedo hacer eso».
Joseph B. Mauceri: Es interesante, porque al leer The Regulators y Desperation se comprende ese proceso. Dado el lapso de tiempo entre ambas novelas, me vino a la mente un debate que tuve en una clase de literatura. Hablábamos de Mark Twain y de cómo de joven había escrito un pasaje en su diario sobre su padre que ilustraba un cambio en su mente cuando volvió a escribir sobre él varios años después. En The Regulators y Desperation combinas numerosos elementos que son similares, pero que narran dos historias distintas. Creo que es en este caso, más que cuando volviste a hacer una reedición de The Stand, donde se tiene ocasión de examinar tu evolución como escritor y ver los cambios en tu forma de pensar.
Stephen King: [Riendo] Cuando era niño solía tener libros de actividades con los que jugaba en los días de lluvia. Incorporaban un truco con el que podías echar un vistazo diferente a tu cara, colocando un espejo de forma perpendicular hacia la mitad y creando un reflejo con la cara completa. En cierto modo, eso es lo que son The Regulators y Desperation.
Obviamente, soy Richard Bachman, y cuando escribo como Richard Bachman se abre esa parte de mi mente. Es como una sugestión hipnótica en la que me convierto en mi idea de Richard Bachman. Me libera para ser alguien un poco diferente. En realidad, The Regulators y Desperation son libros muy diferentes, pero lo que los hace interesantes no son las diferencias sino las similitudes.
Joseph B. Mauceri: Me parece que hay un cambio sutil en el tono de tus novelas. En tus primeras obras, tus «héroes» atraviesan por dificultades en donde la «bondad» que llevan dentro es capaz de vencer y derrotar al mal. En The Regulators, Seth encuentra en su interior el poder de vencer a Tak, a pesar del sacrificio que debe hacer. En Desperation, y es también algo que vemos en The Green Mile, existe la presencia del bien, es decir, de Dios, que interactúa con David y John para provocar la caída del mal. Tengo curiosidad por saber por qué has colocado la existencia de Dios en el primer plano de tus obras recientes.
Stephen King: Creo que siempre ha estado ahí. Por supuesto que también está Dios en The Regulators, solo que en la televisión. Dios es diferente en cada libro porque depende de las personas sobre las que escribes.
No me veo como el taquígrafo de Dios. Como alguien creyente, creo que Dios es una consecuencia lógica del hecho de que en la vida todo se relacione como lo hace, pero eso no significa que conozcamos la mente de Dios. Eso no quiere decir que la idea de la religión sea algo bueno, porque podemos ver que es algo malo. La idea de utilizar a Dios como personaje en Desperation fue en cierto modo lo que hizo que el libro saliera adelante. Estuve pensando que había leído muchos libros que tratan sobre el MAL. Por ejemplo, uno de los personajes dirá: «¡Hay algo MALVADO en esta ciudad!». Acaban con los vampiros y recurren a los ajos y las cruces, algo que yo mismo he hecho.1 No trato de erigirme como alguien superior. Creo que es como la kriptonita, todos los símbolos religiosos son como la kriptonita. Me dije: «¿Qué pasaría si tratases a Dios con la misma convicción, temor y detalle como hacen los novelistas con la parte MALVADA?». Me propuse hacerlo y la reacción de la sociedad ha sido interesante.
El libro ha recibido muchas críticas que dicen que el tema de Dios les provoca rechazo. Yo pienso que esta gente no tiene problema alguno con los vampiros, los demonios, los gólems, los hombres lobo o lo que sea. Pero si escribes sobre Dios, que puede tomar sardinas y galletas y convertirlas en panes y peces, es entonces cuando esta gente tiene un problema. Me digo que si tienen un problema real, entonces estoy haciendo lo que se supone que debe hacer una novela de suspense y terror, que es rascar debajo de la superficie y tocar algunas fibras sensibles.
Joseph B. Mauceri: Estoy de acuerdo, y creo que una de las cosas que los escritores de terror no hacen, y que tú hiciste en Desperation, es mostrar al Dios vengativo, como en el Antiguo Testamento. Es ese trato con Dios en el que si quieres que haga algo por ti, entonces vas a tener que hacer algo por Él, como sacrificar a tu primogénito.
Stephen King: Tradicionalmente ese es el trato con Dios, y también con el diablo. Cuando haces un trato con el diablo le entregas tu alma. Así que no es que yo haga algo por ti por la bondad que hay en mi corazón.
Joseph B. Mauceri: Leí una reseña de The Regulators en una revista de terror en la que el crítico empezaba diciendo: «Este es el mejor libro que ha escrito, y el peor que ha escrito». Puedo entender que una publicación literaria sea crítica con la obra de alguien. Sin embargo, tengo la impresión de que las publicaciones especializadas parecen sentirse intimidadas por tu éxito y a menudo se reprimen a la hora de reseñar tu obra. Eso puede incluso extenderse a otras publicaciones en las que los críticos son fans. ¿Percibes que ese es el caso con tus obras actuales?
Stephen King: Realmente no lo sé. Creo que en general me han tratado con justicia. Sí que hay cierta descalificación, sobre todo cada vez más por parte de lo que yo considero la prensa seria. Hay gente que no entiende el género del que procedes. No entenderán lo que pretendes y no te valorarán. Puedes hacerlo todo bien y aun así acabar recibiendo críticas de tus contratos y no de la obra. Realmente parece haber un prejuicio contra la narrativa, en contraposición a la grandilocuencia literaria. Odio eso.
Joseph B. Mauceri: La industria editorial está recibiendo noticias preocupantes. Muchas editoriales están abandonando sus líneas de terror. Si la tendencia continúa, nos quedaremos solo con Peter Straub, Clive Barker, F. Paul Wilson, Dean Koontz y contigo. Como escritor y aficionado al género, ¿qué opinas de lo que está ocurriendo?
Stephen King: Mucho de lo que se publicó desde mediados de los ochenta hasta los noventa era una auténtica mierda. Merecía ser cancelado. Esto no es culpa de los escritores, sino de los editores que extienden contratos, especialmente cuando estos son bastante lucrativos, por escritos malos que deberían salir en ediciones en rústica, y la mayoría ni siquiera como eso. Lo malo expulsa a lo bueno, y al final los editores miran a su alrededor y dicen: «Esto no se vende». Tú y yo sabemos que lo que no se vende es basura. Es lo que nunca se ha vendido. Tarde o temprano pasará un tiempo y aparecerá The Green Mile, o Desperation, o The Exorcist, o Rosemary’s Baby, y entonces todos esos ignorantes se darán la vuelta y dirán: «¡Oh, el terror está de moda!». Y entonces empezarán a comprar de nuevo las novelas malas.
Joseph B. Mauceri: Como el boom que hay ahora en el mercado de la ficción de terror juvenil, que surgió a raíz del éxito de la serie Goosebumps de R.L. Stine.
Stephen King: ¡Exactamente!
Joseph B. Mauceri: Hablemos de tu proyecto televisivo, The Shining. Se había hablado, y ya sabes cómo pueden hablar, de que Kubrick no quería ceder los derechos de la novela. Entonces, ¿cómo surgió esta miniserie?
Stephen King: Surgió muy fácilmente. Yo había colaborado con la cadena de televisión ABC con The Stand. Aquello ocurrió porque tenían un montón de otras miniseries, en las que yo no había participado, que habían tenido éxito. The Stand tuvo tanto éxito que me preguntaron qué quería hacer después. Pensé que estos tipos me estaban dando un cheque en blanco, las llaves de las puertas de miles de millones de espectadores ahí fuera. Les dije que me gustaría rehacer The Shining como una miniserie, en un formato de seis horas. Les pareció interesante y quisieron ver qué podíamos hacer. Hay un tipo en Creative Artists llamado Bill Haber, que ya se ha retirado, y que era el jefazo. Fue a Warner Brothers y habló con ellos, y Warner Brothers se dirigió a Kubrick y finalmente las cosas empezaron a encajar. Yo escribí el guion y la ABC nunca pidió un solo cambio. Pasamos directamente del primer borrador del guion a la producción. Creo que eso es increíble.
Joseph B. Mauceri: La televisión es algo distinto a las películas. Requiere un ritmo diferente, la posibilidad de hacer pausas publicitarias y hay ciertas cosas que no se pueden hacer debido a las «Normas y Prácticas» [de la censura]. ¿Qué buscabas al trasladarla al medio televisivo, y qué encontraste particularmente desafiante en ese formato?
Stephen King: Obviamente, quería ir más allá. Es difícil para las películas adaptar libros porque un libro puede ocupar un espacio en la mente de los lectores que puede durar de una semana a un mes. Creo que sabes a lo que me refiero. Coges un libro y lo dejas, lo coges y lo dejas, etc. La televisión puede reproducir esa experiencia durante varias noches. Habiendo hecho The Stand y estando en una posición en la que la ABC quería hacer algo aterrador, quería ir más allá. Había trabajado lo suficiente con ellos como para sentirme seguro de que me dejarían hacer eso.
Lo que traté de hacer fue mantenerme en los límites de lo que sería una zona gris. Creo que los censores de la ABC entendieron que estábamos en una zona intermedia en la que podían decir: «Esto está bien» o «¡Absolutamente no!». El único punto en el que tuve problemas, en el que dijeron que absolutamente no, fue cuando Jack Torrance le dice a su mujer: «Wendy, siento haber hecho eso, pero tengo que hacer mi trabajo». Y ella se acerca a él y le dice: «¡Coge tu trabajo y métetelo por el culo!». Luché por mantener esa línea ahí. La palabra «culo» ahora no es extraña en la televisión. Sin embargo, había algo en la acción, la visualización de coger un trabajo y metérselo por el culo que realmente les molestaba y no pude evitarlo. Ella acabó diciendo: «¡Coge este trabajo y métetelo por donde te quepa!».
También tuvimos varios problemas con ellos en cuanto a la violencia entre un hombre y su mujer. La última hora de la serie es muy angustiosa. Él la persigue, ella intenta proteger al niño y él tiene un mazo con el que la golpea, y la golpea y la golpea. En la película [de Kubrick] él fue golpeado una vez, pero ella no. Algo que se ignora, ya que era algo muy importante y siempre presente, es el tema de los niños en situaciones de peligro. Supuestamente, no se puede mostrar eso en las cadenas de televisión. Creo que después de la experiencia con The Shining, donde Danny Torrance está en peligro desde el primer minuto, la actitud que han tomado es la de que ahora no se puede mostrar a un niño en una situación de peligro antes de las nueve de la noche.
Joseph B. Mauceri: He hablado con Mick Garris. Me comentó que, por su experiencia trabajando en miniseries y películas, el cine es el medio para el cuento o la novela corta y la televisión lo es para la novela.
Stephen King: Eso es muy interesante y sagaz. Mick es un tipo muy inteligente y nunca se lo había oído decir así.
Hay mucha gente de alto nivel en la televisión que no es muy brillante. Estoy trabajando con algunas personas en ABC que son brillantes, y ni siquiera ellos parecen entender el potencial de la televisión para crear. Quiero hacer una más de estas cosas. Puede que haga una miniserie de seis u ocho horas para la ABC llamada Storm of the Century, pero aún no he empezado a escribir el guion. Es una idea original, y la veo como una novela como, por ejemplo, The Green Mile, pero pertenece a un lugar diferente. Lo veo como la culminación lógica de todo este asunto. No quiero seguir con esto de por vida y convertirme en la versión de ABC de Danielle Steel. Sin embargo, me gustaría hacer una más y que fuera algo original. Ellos todo lo que pueden ver son adaptaciones de novelas terminadas, preferiblemente históricas, románticas o de terror, o ven cosas con finales abiertos para que puedas hacer una serie. Así puedes seguir exprimiendo la máquina del dinero.
Hablé con la ABC en un momento dado sobre la posibilidad de hacer una serie de una temporada, que se emitiría una hora a la semana, como se hizo con Rich Man, Poor Man. Empezaría al inicio de la temporada y terminaría cuando llegara el final. Me miraron y nadie dijo, en su haber, «Bien, seguiremos si es un fracaso». Lo que sí dijeron fue: «¿Y si tiene éxito?». Era como si no pudieran soportar dejar salir a un niño del campo de trabajo si todavía podía producir algunas cosas más para ellos. Les dije que si tiene éxito, entonces se hace lo mismo la próxima temporada con una historia diferente, de la misma manera que lo hace cualquier novelista. Simplemente no lo entienden.
Joseph B. Mauceri: Y es una vergüenza. Toman una serie popular y la exprimen hasta que el público se cansa de ella y entonces la desechan.
Stephen King: No me veo intentando adaptar otra de mis novelas para las salas de cine. Es demasiado duro, y demasiado fácil de echar a perder.
Joseph B. Mauceri: Has tenido una maravillosa y larga relación laboral con Richard Rubinstein, Mitchell Galin y el director Mick Garris. Cuando hablé con Mick me mencionó que podríais hacer un largometraje de Desperation, si antes no hace uno que no esté relacionado contigo.
Stephen King: Creo que Mick necesita hacer algo de su autoría. Tiene un guion llamado Jimmy Miracle que sería una gran película, aunque no sé lo comercial que sería. Es sobre un curandero y creo que eso es lo que debería hacer. También tiene otros proyectos en los que está trabajando.
El problema es que Mick es persuasible a veces, cuando no debería serlo, por gente que no mira por sus intereses. En este momento, lo peor que podría hacer es priorizar otro proyecto de Stephen King. No debería ser el tipo que interpreta lo que yo hago, debería ser el tipo que interpreta lo que él hace. Obviamente, se gana más dinero que trabajando en una fábrica, pero Mick es uno de los recursos peor pagados en Hollywood ahora mismo. Se merece una mejor oportunidad.
Joseph B. Mauceri: Hay otros proyectos en marcha. Mark Pavia, un joven director de gran talento, está al frente de Night Flier, que está siendo producida por Richard y Mitch. ¿Has visto ya algo de esa película?
Stephen King: He visto un montaje en bruto. Me siguen prometiendo que me van a enseñar un segundo corte, pero aún no lo han hecho. Creo que es maravillosa en lo que las [otras] películas han fallado integralmente con mi trabajo. Esta es como Dawn of the Dead. Realmente va más allá del límite y hace que los debates sobre el «buen gusto» carezcan de sentido. No creo que ahora mismo sea una película calificable, más allá de no ser apta para menores de 17, y me encantaría que siguiera así. Miguel Ferrer está muy bien.
Lo que ocurre con la película es que empieza como algo que reconoces como relativamente normal, al menos para los fans del género de terror. Hay comedia, con dos señoras y un tipo en un apartamento en alguna ciudad sin nombre. Luego hay terror, cuando la gente está siendo asesinada y alguien sale a investigar. Estamos familiarizados con la situación, y poco a poco empieza a torcerse. Terminamos con un clímax de cuarenta minutos que es infernal. Es difícil de ver, pero al mismo tiempo es difícil apartar la mirada. Así fue Dawn of the Dead para mí. Creo que es una película muy interesante. Es áspera, y hay ciertas partes del guion en las que te dices a ti mismo: «¡Dios mío, no se han dejado ningún cliché!». Visualmente es feroz, original y creo que Mark es un tipo con mucho talento.
Joseph B. Mauceri: Y es un apasionado del género, ¡lo que es reconfortante!
Stephen King: Realmente lo es. No se avergüenza de ello y no anda quejándose en plan: «¡Oh, esto realmente no es una película de terror!». Para Mark, esta es una película de terror. Es un alivio.
Joseph B. Mauceri: Supongo que los últimos proyectos sobre los que debo preguntarte son The Mist de Frank Darabont y la próxima entrega de la serie del pistolero Roland, The Dark Tower IV.
Stephen King: El próximo proyecto de Frank es The Green Mile. En cuanto a The Mist, sigue adelante. Frank y yo hemos hablado mucho de ello. Ahora mismo pienso, y él también, que tiene que haber un final que funcione, pero que también satisfaga a la gente de Hollywood, que se siente realmente incómoda con la forma en que termina la historia. Simplemente una búsqueda a través de la niebla. Nadie busca necesariamente un final empalagoso, pero creo que lo que quieren es un cierre real, que la historia no proporciona. En eso estamos.
En cuanto a The Green Mile, le hablé a Frank de la idea de la historia antes de que se publicara la primera parte y cuando todavía estaba trabajando en ella. Le entusiasmó mucho y le dije que le enviaría las partes. Le dije que si le gustaba podría hacerlo. Fue muy cauto y dijo: «Bueno, déjame leerlo». Pues le encanta y quiere hacerlo. Bromea y dice que ahora se está labrando el nicho cinematográfico más pequeño del mundo, que es un creador de historias carcelarias de Stephen King ambientadas en los años 50. Todavía no hay un guion y las negociaciones están en marcha. Por lo que a mí respecta, es de Frank y de nadie más.
Wizard and Glass está finalmente terminado. Es un libro largo, y el manuscrito que entregué tenía 1500 páginas. Creo que es bueno y sé que va con retraso. Cada vez recibo más correos de fans cabreados que me dicen: «Sabes, esa gente lleva unos cinco años en ese maldito tren. ¿Alguna vez vas a terminar esta historia?». El peor fue el de una señora que decía que le encantaban las historias, una abuela de setenta y tres años con la enfermedad de Parkinson, y que temía morir antes de que yo terminara la historia. Esperaba que escribiera uno más antes de que ella se sintiera demasiado débil para leerlo.
Joseph B. Mauceri: Shirley mencionó que estabas trabajando en otra novela. ¿Cuándo la veremos?
Stephen King: No lo sé. [Suspiro] Voy poco a poco. Acepté hacer una historia para Robert Silverberg, que está haciendo una colección llamada Legends; The Book of Fantasy. Ha conseguido que un montón de gente que escribe fantasía haga historias originales para ella. Está muy entusiasmado porque ha conseguido que Robert Jordan, que nunca escribe relatos cortos, haga uno basado en las novelas de Wheel of Time que él hace. Creo que consiguió que Anne Rice hiciera uno. En un momento de debilidad, acepté escribir una novela corta del Pistolero para el libro.2 He estado pensando en ello, y realmente es lo siguiente que tengo que hacer. ⬥
Referencias
Mauceri, Joseph B. (1996). «Interview With A King» en The World of Fandom. Consultado en el sitio web angelfire.com.
Por ejemplo, en su novela ‘Salem’s Lot.
La novela corta a la que se refiere es The Little Sisters of Eluria, publicada en 1998.