Ben Rawortit entrevista a Stephen King
King responde a preguntas sobre su adolescencia, sus primeros trabajos y recuerda un incidente con un «fan número uno»
Entrevista a Stephen King realizada por Ben Rawortit en 1998. Traducción de Óliver Mayorga.
Ben Rawortit: ¿Cuál era tu distracción favorita siendo niño?
Stephen King: Lamentablemente, no era desenterrar viejos huesos de animales ni torturar insectos (sic). A finales de los años 50, no había mucha televisión en Estados Unidos, pero teníamos WPIX de Nueva York y ponían Million Dollar Movie1, que empezaba a las nueve de la mañana y se emitía todo el día.
Rawortit: ¿Qué era lo mejor de ser un adolescente estadounidense en los años 60?
King: Diría que salir con chicas, tener un coche, escuchar música, la beatlemanía… Era genial ser un chaval.
Rawortit: ¿Necesitabas un coche?
King: Sí, era una zona rural. Para hacer cualquier cosa, necesitabas ruedas. Hasta cumplir los 18 años, cuando por fin me saqué el carné, tenía que apañármelas de alguna forma para ir al cine, lo que era un problema si quería tener una cita.
Rawortit: ¿Tenías que hacer autostop con tu cita?
King: Bueno, podías hacer dedo, pero las cosas eran más complicadas. Lo que tenías que hacer era ir con tu mejor amigo —si tenía coche— y preguntarle si quería ir al cine. Le decías que pagarías la mitad de la gasolina. Entonces él decía que sí, y tú le pedías salir a alguna chica guapa, ¡y ella decía que estaba ocupada! Era complicado.
Rawortit: Podías acabar en el asiento de atrás mientras tus amigos se lo montaban en el de delante.
King: Claro. Recuerdo haber ido al autocine un par de veces —y esto fue después de sacarme el carné, así que iba al volante— y estar solo mientras ellos se enrollaban como locos en el asiento de atrás. Humillante.
Rawortit: Eso es cruel. ¿Cuáles fueron las primeras historias que leíste que te hicieron querer escribir terror?
King: Revistas pulp como Weird Tales y Startling Stories. Las páginas se desmenuzaban y olían a especias egipcias. Recuerdo que pensé que sería una forma estupenda de ganarse la vida. ¡Ganar dinero solo por inventar cosas!
Rawortit: ¿Te influenciaron todos esos cuentos extraños?
King: Sí. Lo primero que vendí fue The Glass Floor. Fue en 1969. Era una historia sobre una casa encantada con una biblioteca secreta que tenía un suelo hecho a partir de un espejo. Cuando entrabas en la habitación, después de un rato empezabas a sentir que estabas flotando. Simplemente suspendido en el espacio. Y luego te caías. Ese era el giro.
Rawortit: ¿Cuánto te dieron por eso?
King: Treinta dólares. Te diré la verdad. En realidad, la primera historia que publiqué, pero por la que no me pagaron, fue en 1963. Vendí una historia titulada I Was A Teenage Grave Robber. Le cambiaron el título a In A Half World Of Terror. Era sobre un científico loco que cultivaba gusanos gigantes y obligaba a este adolescente a desenterrar cadáveres frescos.
Rawortit: ¿Por qué?
King: No lo sé. Pero al final, los gusanos se comían al científico y el adolescente escapaba.
Rawortit: ¿Tuviste que desempeñar otros trabajos para pagar el alquiler cuando empezaste a vender historias?
King: Claro. Trabajé en una lavandería mientras escribía para revistas masculinas. Esto no es ninguna tontería: cualquier tratamiento médico para las enfermedades infantiles de mis hijos fue costeado por revistas de tetas como Cavalier y Dude. Ah, y Juggs. ¿No es maravilloso? Mujeres desnudas pagaron la salud de mis hijos.
Rawortit: ¿Era raro trabajar en la lavandería?
King: Había un tipo que trabajaba allí que se cayó en la máquina de prensado, o «la trituradora». Estaba sobre la máquina quitando el polvo de las vigas cuando perdió el equilibrio y se cayó.
Rawortit: ¿Y la máquina le pilló las manos?
King: Sí, se tragó sus brazos. Así que tenía dos ganchos donde solían estar sus manos.
Rawortit: Debía de ser complicado para él atarse los cordones…
King: Cierto. Y siempre llevaba una camisa blanca y una corbata. Nos preguntábamos cómo hacía para anudarse tan bien la corbata. Solía ir al baño y poner un gancho bajo el grifo de agua caliente y otro bajo el de agua fría, luego se acercaba sigilosamente por detrás y te ponía los ganchos en el cuello a modo de broma.
Rawortit: Al menos conservaba su sentido del humor. En Misery, el novelista se recompensa a sí mismo con un cigarrillo cuando termina su último libro. ¿Tienes algún ritual?
King: Solía tener una botella de champán a mano, pero hace 10 años dejé de beber.
Rawortit: ¿Por qué? ¿Te cansaste de ello?
King: No exactamente. Era dejar de beber, o ir a por todas e intentar bebérmelo todo. El único momento en el que realmente lo echo de menos es cuando termino un libro.
Rawortit: ¿Has tenido alguna mala experiencia con un «fan número uno»?
King: Yo directamente no, pero mi mujer sí. Hubo un tipo que entró en nuestra casa cuando ella estaba sola. Eran como las seis de la mañana, y ella acababa de levantarse cuando oyó que se rompía un cristal en el piso de abajo.
Rawortit: ¿Y bajó a investigar?
King: Sí.
Rawortit: ¿Qué aspecto tenía?
King: Se parecía a Charles Manson con el pelo largo, y tenía una mochila en las manos. Dijo que era mi mayor fan. Luego se detuvo de repente y dijo que en realidad me odiaba porque le había robado la novela Misery a su tía. Luego levantó la mochila y dijo que tenía una bomba y que la iba a hacer estallar.
Rawortit: ¡Jesús! ¿Qué hizo tu esposa?
King: ¡Salió corriendo descalza y en camisón, tío! La policía vino y él todavía estaba allí. Resultó que todo lo que tenía en la bolsa era un montón de lápices y clips en una caja.
Rawortit: ¿Qué pasaba con él, entonces?
King: Resultó que era de Texas. Su tía era una enfermera que había sido despedida de algún hospital, y él hizo una conexión con la enfermera de Misery.
Rawortit: ¡Vaya! ¿Hay algún lugar en el que te daría miedo vivir?
King: Sí. Puerto Príncipe, Haití, donde caminas sobre los cuerpos de niños muertos en el mercado.
Rawortit: Dejando a un lado el terror, he oído que tienes una emisora de radio. ¿Cómo surgió eso?
King: Escribí un artículo en Playboy sobre la muerte del rock’n’roll, y había un tipo allí llamado Mighty John Marshall que decía que su emisora estaba en venta, y que si realmente me gustaba el rock’n’roll, debería comprarla. Así que lo hice.
Rawortit: Y tú también estás en una banda, ¿no?
King: Sí. The Rock Bottom Remainders.
Rawortit: ¿Habéis dado algún concierto memorable?
King: Tocamos en el London Palladium, y Bruce Springsteen vino y tocamos Gloria, el viejo himno de Van Morrison. Es muy fácil, pero olvidé los acordes por la emoción de tocar con Springsteen. Y tocamos en la inauguración del Salón de la Fama del Rock’n’Roll. Los organizadores no querían ofender a ninguno de los verdaderos músicos desairándolos, así que consiguieron a estos cinco escritores que pensaban que podían tocar.
Rawortit: Así que has hecho libros, películas, series de televisión, actuación, emisoras de radio, música… ¿Crees que podrías hacer anuncios de terror? ¿Y para qué producto?2
King: Sí, supongo. Podrían ser anuncios para hacer que la gente se pusiera el cinturón de seguridad, con algo de horror al estilo «podrías terminar así». Caras mutiladas siendo lanzadas a través de los parabrisas. O imágenes de pulmones ennegrecidos para los fumadores.
Rawortit: Pero eso es conseguir que la gente no haga cosas…
King: Sí, tienes razón. Supongo que sería difícil conseguir que realmente compren cosas usando el terror. Nadie va a comprar un producto alimenticio si muestras a un tipo muy gordo con cientos de lesiones diciendo: «Te verás así si comes…».
Rawortit: La soledad es un tema tratado en tus libros. ¿Había algún solitario o vagabundo notorio en tu ciudad natal?
King: Sí, lo hubo. Un tipo solía andar por el pueblo y se alojaba en los cobertizos. Esto era en el campo, así que la gente solía decir: «Oh, mira, ahí está Sooky». Es mejor ser un vagabundo en el campo. Por lo menos, de vez en cuando, recibes un poco de pastel.
Rawortit: ¿Es cierto que te interesa el críquet?
King: Es cierto. Llevé a unos ingleses a un partido de béisbol en Nueva York, y pensaron que el críquet y el béisbol eran de la misma escuela, pero yo no estaba de acuerdo. Así que pensé en ver un partido de críquet por mí mismo este año, y el maldito partido se suspendió por lluvia. Aun así, conocí a Dickie Bird.3 Él era muy elegante.
Rawortit: Por último, ¿es Dios un buen tipo o es un tipo malvado?
King: Creo que es bastante adorable. Después de todo, ¡solo hemos tenido una gran bomba en 53 años, hombre! ⬥
Referencias
Rawortit, B. (1998). Consultado en el sitio web horrorking.com.
Million Dollar Movie fue una serie que presentaba películas clásicas en televisión. Entre esas películas se encontraban King Kong, Gunga Din, Ciudadano Kane y los musicales de la RKO con Fred Astaire y Ginger Rogers.
Stephen King también realizó anuncios comerciales. Por ejemplo, este de 1985 para American Express.
Dickie Bird fue un árbitro de críquet muy querido entre los jugadores y el público, debido a su excelencia como árbitro, pero también a sus muchas excentricidades.